¿Cómo le digo a mi hijo/a que quiero llevarle al psicólogo?

Niños y adolescentes en el psicólogo

Como padres es habitual plantearse la idea de acudir al psicólogo, por valoración personal o a instancia de educadores. En cambio, en algunas ocasiones, es difícil explicar qué es un psicólogo según la edad, elegir el momento oportuno o actuar ante la negativa del menor a acudir.

En otros casos, son los menores quienes piden ir a terapia (usualmente adolescentes), situación ante la cual muchos padres sienten miedo y culpabilidad pensando en que han podido hacer algo mal para que prefieran acudir a un profesional o que se les está escapado algo ('¿pero si estás bien no?' 'si tienes amigos'). Igual que el médico no puede hacer de profesor, padre, logopeda y psicólogo... un padre/madre muchas veces no puede ejercer el rol de confesor ni dotar a sus hijos de las herramientas adecuadas en algunas situaciones. Si es tu caso, es importante trabajar la autoexigencia, no te presiones, no eres un mal padre/madre, eres humano y tu hijo/a es muy inteligente al detectar qué lugar puede serle útil a la hora de mediar ciertos conflictos, siéntete orgulloso/a porque lo has hecho verdaderamente bien.

¿Qué es un psicólogo infantil o infanto-juvenil?

Es un experto encargado de entender y explicar el desarrollo y conducta del menor. Utiliza en sus terapias dinámicas individuales y colectivas que le permiten diagnosticar y tratar problemas: emocionales , afectivos, conductuales, madurativos y del aprendizaje. El psicólogo juvenil está más especializado en el área emocional y social, mientras que el especializado en atención temprana se focalizará más en el manejo conductual y la estimulación del desarrollo.

Cómo llevar al niño/a a terapia

Etapa temprana (0-2 años)

El bebé no será consciente de la distinción entre categorías profesionales por lo que diremos con naturalidad que vamos todos al psicólogo. Entiende la diferencia entre conocidos y desconocidos, así como los profesionales que ejercer alguna conducta de temor (médicos, los que pinchan).

Justo antes de acudir a consulta puedes anticiparle dónde va diciéndole el nombre de la persona que va a estar con vosotros. También puedes anticiparle lo que va a hacer alli, puedes contarle que va a jugar y hablar con papá y mamá.

Niños pequeños (3-8 años)

Debemos anticipar con 2 o 3 días de antelación. Les ayudará a generar estructura y a comprender el concepto de la semana, puedes ayudarte de un calendario semanal y situar la cita con la psicóloga en el día que corresponda. 

Del mismo modo, es interesante que le anticipemos lo que va hacer: jugar y hablar de un montón de cosas. Es  importante que no les trasmitamos nuestros propios miedos, los niños no muestran el estigma que tenemos los adultos ni asocian el acudir con las mismas problemáticas. Es un lugar para él/ella que a veces podrá ser compartido por sus padres para poder aprender juntos. Podemos contarle cosas de la terapeuta y decirle que puede preguntarle todo lo que quiera sobre ella al llegar a consulta. Al llegar, el profesional se hará de cargo de hacer sentir cómodo al menor e irá todo sobre ruedas.

Niños maduros (9-12 años)

Le contaremos con una semana de antelación la decisión de acudir y explicaremos el motivo de nuestra decisión de manera que pueda entenderlo. 

Aquí es especialmente relevante elavorar la definición del psicólogo, que comprenda la profesión. Podemos decir que es un profesional que no es un médico ni un profesor, es alguien que va estar para hablar y jugar, comprender qué le está pasando y darle herramientas para gestionar situaciones que los papás a veces no saben cómo responder, que también os ayudará a vosotros a comprender cosas que necesitáis saber y que es muy útil para que las emociones como el enfado, la tristeza o el miedo no se nos acummulen y se hagan muy muy grandes.

Pautas para informar a los niños

  • Elegir un momento de calma. Hablarlo en un momento tranquilo y no en una situación en que nos esté contando una precoupación o haya estallado un conflicto. Podría entender que ir al psicólogo/a es una especie de castigo y expresar negativa a acudir.
  • Depositar la preocupación e incapacidad en uno mismo. Reconocer no tener las herramietas adecuadas.
  • Escuchar sus dudas, solucinar las que pueda responder y aplazar a la sesión las que desconozca.
  • Validar sus emociones y miedos sin juzgarlos. Escuchar sin juzgar cómo se siente, aunque sea furia la que expresa, puede esconder mucha incertidumbre y miedo, es importante aceptar su malestar aunque no podamos solucionarlo.
  • Dismunir la sensación de presión y compromiso. Si muestra miedos, negativa o inseguridad, explicar que acudir o decidir no hacerlo no supondrá ninguna decepción.
  • Ser paciente con el proceso. La relación terapéutica está llena de bloqueos, momentos en los que se sienten mejor con el profesional y otras veces en las que vuelcan mucha frustración, debido a que por su causa comienzan a cambiar dinámicas, estilos de educación, límites, afrontar miedos, etc. por lo que está lleno de subidas y bajadas.
  • No trasladar nuestra preocupación con angustia. Transferir nuestra propia angustia a los hijos puede responsibilizarles de tratar de sanarnos y trasladar la preocupación de poder decepcionarnos. Se puede hablar de preocupación pero en lugar de hacerlo desde la angustia, podemos hacerlo desde el apoyo.
  • Adaptar el lenguaje a su edad y a lo que conoce.

Ejemplos

De 3-7 años

'Un psicólogo/a es como un profe, hace actividades contigo y puedes contarle las cosas que te pasan en casa, en el cole o con tus amigos. Entras en una sala en la que hay juguetes y a veces jugáis y otras veces habláis. A veces mamá y papá también entrarán porque también les gusta hablar e incluso hacer juegos.

Luego, si quieres, puedes contarnos qué tal te lo has pasado y lo que has estado haciendo, también puedes preguntanos qué tal nos lo hemos pasado nosotros'.

De 8-12 años

'Un psicólogo/a es como un profe pero de las emociones. No hay examenes, hace juegos contigo y puedes contarle las cosas que te pasan, que te preocupan, te enfadan, te ponen triste o te dan miedo.

A veces me preocupado/a porque quiero ayudarte y no sé cómo hacerlo, necesito también ir para contarle las cosas que me pasan y que me dé trucos para solucionarlas.

Los psicólogos son muy buenos guardando secretos, todo lo que hablaes con ella podéis mantenerlo como un secreto'.

Cómo llevar al adolescente a terapia

Preadolescentes y adolescentes (13 a 18 años)

Aquí será preferible negociar a través de la persuasión y después concertar una cita a sabiendas del menor. Llevarlo a terapia a través de conflictos 'como sigas así vamos a ir a terapia, porque estoy harto/a' puede hacer que el menor no acceda a ninguna de las dinámicas de sesión y conciba la atención psicológica como un castigo impuesto.

La adolescencia es una etapa difícil en la que el área emocional se intensifica y las dinámicas familiares se complican. La búsqueda de identidad y la pertenencia al grupo adquieren suma importancia en la construcción de la autoestima.

Si era importante empatizar con los niños... con los adolescentes es vital para conseguir una mayor aceptación de la terapia. Suelen buscar la ayuda e información en sus iguales, lo cual a veces les lleva a información errónea o muy confusa. Esto quiere decir, que por encima de la claridad, los adolescentes priorizan sentirse comprendidos y aceptados.

Construir una alianza es más complejo que con los niños, al igual que los adultos, los adolescentes buscan algún punto de conexión con el terapeuta que les haga sentirse comprendidos y forjar un nuevo referente. Se le suma la desconfianza añadida cuando acuden por compromiso u obligación con sus padres.

Un adolescente que no acude por voluntad propia, suele llegar a consulta con negatividad y negación del problema, actitud desafiante o pasotismo. Pese a la variabilidad individual y la posibilidad de no conectar con la terapeuta, el tiempo medio para establecer un vínculo de confianza es de 1 a 2 meses, por lo que es importante ser paciente con el proceso y comprender el vínculo como un objetivo más de la terapia.

Aceptar el vinculo implica muchas cosas: confiar en otros, ver y aceptar que tengo problemas, confrontarlos, exponerme vulnerable, aceptar la ayuda del otro, entender que no soy perfecto/a...

Pautas para informar a los adolescentes

  • Explorar mitos sobre la psicología y, si los hay, tratar de desmentirlos debatiendo. 'Es para los locos, gente con problemas, diferente y rara', porque pensará "yo eso no lo necesito".
  • Localizar la necesidad de ayuda en uno/a mismo/a, no en la exigencia de cambios por su parte. Reconocer la carencia de conocimientos y la voluntad por aprenderlos para poder orientarle y ser el apoyo que necesita.
  • Validar sus emociones e inseguridades, escuchándolas y sin emitir un juicio al respecto.
  • Ofrecer apoyo incondicional. No transmitir que la aceptación o el castigo dependen de acudir o no a la terapia. Comunicar que la terapia no resulta de un interés personal porque cambie, porque no hay nada malo en él/ella, si no ofrecerle un espacio donde pueda sentirse mejor. Únicamente suyo.

Ejemplo

'la psicóloga es una profesional que se encarga de escuchar y darte herramientas sin juzgarte por lo que haces o piensas. Funciona como una amiga con la que sentir confianza. Cuando confias en una amiga le cuentas tus cosas, la diferencia es que la psicóloga es una persona que se encarga de estudiar cómo funcionan algunos conflictos y puede darte algunas claves y herramientas para solucionarlos.

Lo que compartes con ella debe mantenerlo en secreto por lo que puedes hablar de cualquier cosa sin temor, será un espacio enteramente para tí'.

...

'Entiendo que lo estás pasando mal y no tengo los conocimientos para poder ayudarte como necesitas, muchas veces no acierto o entiendo que no sea la persona con quien te apetezca compartirlo.

Es un lugar en el que poder sentirte cómodo/a y aliviviado/a. Puedes dar la oportunidad de conocerla y si no te cae bien, no pasa nada porque no tiene por qué caerte bien todo el mundo. A mí sí me gustaría que pudiéramos conocerla. Yo estoy aquí para apoyarte pero necesito saber cómo hacerlo'.

Espero que estas ideas hayan podido servirte de ayuda para conectar con tu hijo/a, nieto/a, sobrino/a,... y facilitarle la ayuda que necesita.

Un gran abrazo.

- Patricia Rubio Fernández