El estrés y cómo manejarlo

Aunque estrés y ansiedad en muchas ocasiones aparecen de forma conjunta, son DIFERENTES.

Hay demandas en nuestra situación personal que nos pueden parecer elevadas (como lo es una mudanza o un cambio de trabajo) pero no tienen por qué causarnos ansiedad. Cuando estas situaciones van a compañadas de miedosa personales (por ej: miedo a que el otro trabajo sea peor, a equivocarme en mi elección, a mudarme con alguien que implica un compromiso, a que me abandone, etc), se convierten en motivos de ansiedad y nos paralizan.

Es la percepción de peligro la que despierta nuestra ansiedad y, con ella, una respuesta paralizante y angustiosa.

¿Qué es el estrés?

Las personas nos relacionamos con nuestro entorno de una forma particular, ya que tenemos nuestras propias situaciones, herramientas y experiencias.

Se establece una relación única entre: Entorno ↔ Individuo.

Cuando esta interacción implica una demanda ambiental que escede mis recursos, podría poner en peligro mi bienestar por lo que me produce una respuesta de activación, debo estar preparado/a. A esta reacción la denominamos estrés.

Tipos de estrés

Esta sensación puede ser

  • Positiva (eustrés). Mi mente anticipa un reto. Nos estimula a enfrentar problemas nuevos y aumenta nuestra creatividad. Es una sensación incómoda que nos impulsa a la acción, al descubrimiento y al crecimiento.
  • Negativa (distrés) Mi mente anticipa situaciones sobre las que no tengo poder de cambio. La frustración de presentar un problema de forma continuada sin posibilidad de cambio genera fatiga y malestar. Supera mis herramientas y mi capacidad para gestionarlo.

Factores que influyen en la intensidad del estrés

Como he comentado, el estrés depende de la relación particular entre el individuo y el entorno concreto en el que se encuentra. La forma de experimentar individualmente estrés será diferente a la de cualquier otra persona en la misma situación.

Por ejemplo:

Me presento a una oposición

  • Nivel de compromiso - alto: ' si suspendo estaré otro año preparándome', 'no me lo puedo permitir económicamente'.
  • Creencias - bajo autoconcepto: ' el año pasado creía que iba sobrada y me quedé fuera', 'no voy a llegar', 'no consigo nada de lo que me propongo'.
  • Ambigüedad - alta: 'las preguntas del examen son muy abiertas', 'el temario es muy amplio', 'no he acudido a una academia, no sé lo que podría caer en el examen'.
  • Incertidumbre - elevada: 'el COVID lo ha paralizado todo, las fechas para el examen pueden salir en cualquier momento, dentro de 2 meses o en 2 años'.

Relación Estrés - Ansiedad

Estrés y ansiedad son diferentes:

El estrés suele darse de forma transitoria por situaciones puntuales, desaparecida la situación se fue el estrés.
La ansiedad se presenta de una forma más continuada, ya que la situación puede cambiar y el miedo perdurar. 

Sin embargo, ambas reacciones pueden experimentarse juntas:

  • Estrés → Ansiedad. Cuando el estrés detona la ansiedad

Cuando no hemos sabido cómo responder o resolver una situación desbordante a lo largo del tiempo, la ansiedad se activa ante la necesidad continuada de respuesta a algo que nos preocupa enormemente (lo interpretamos como un peligro).

  • Ansiedad → Estrés. Cuando la ansiedad detona el estrés

Cuando experimentamos una respuesta ansiosa, con sus cambios fisiológicos, y sentimos que no podemos controlarla o atenuarla, podemos sentir a su vez que es una demanda situacional desbordante (estrés).

Cómo reducir el estrés y la ansiedad

Dada la estrecha relación entre ambos factores y su valor adaptativo, es recomendable su manejo en terapia. El psicólogo/a trabajará únicamente sobre la respuesta ansiosa o el estrés, si no sobre los factores subyacentes a los mismos para conseguir mejoras estables.

Intervención sobre la ansiedad

  • Ansiedad estable.

Usualmente abordada con hábitos con técnicas de relajación (a nivel fisiológico) y manejo de pensamientos (a nivel mental).

  • Ataques de pánico o ataque de ansiedad.

Con herramientas de manejo psicológico en emergencia. Se debe recomendar además supervisión médica, el paciente debe tener la opción de recibir control farmacológico en ocasiones puntuales.

Intervención sobre el estrés

  • Trabajar sobre el perfeccionismo y flexibilizar la importancia personal dada al error.
  • Trabajar el autoconcepto, la anticipación de fracaso y la autocompasión.
  • Generar herramientas para la solución de problemas.
  • Desarrollar tolerancia a la frustración, ante situaciones que acepto de forma transitoria para conseguir otros beneficios.
  • Acepción. Vivir en paz ante las cosas que escapan de nuestro control.
  • Aprender a responsabilizarse de lo que tiene que ver con uno/a mismo/a sin entrar en círculos por cambiar lo que corresponde a los demás (esta es su propia decisión).

Pese a que ansiedad y estrés son reacciones normales, trabajar cómo afrontarlas puede ayudarnos notablemente a lidiar con situaciones y regular emociones que pueden resultar desbordantes o un bloqueo.

Recuerda, la terapia ayuda a entender qué necesito, recargar energía y ser compasivo/a con los propios procesos.

Un abrazo.

- Patricia Rubio Fernández